@ItzelEguiluz
Columna escrita Agosto, 2012
Hace
unas semanas Quino, famoso por ser el creador de Mafalda, dijo que, al contrario
de lo que la mayoría creía, ella no es su personaje favorito; su personaje
favorito es Libertad.
Libertad
es una de las palabras malgastadas en los discursos, las discusiones, las
pláticas, las promesas. Y es la que, teóricamente, divide al mundo moderno de
aquel con esclavos y terratenientes.
Ese
mundo subsiste en algunos rincones del planeta, al que no me referiré aquí,
para bien o para mal. Este planeta donde, supuestamente, hay Libertad para
caminar por las calles, para tomar de la mano a nuestra pareja, utilizar faldas
largas o cortas, llevar el cabello suelto y expresarnos físicamente con abrazos
y besos, siempre y cuando respetemos aquellas normas no siempre escritas…
Lindo,
¿no? Pues no. Resulta que aunque nos creamos el cuento de hadas de la Libertad,
esa que supuestamente rodea a nuestras palabras, decisiones y acciones, hay
muchos que no están convencidos de que la tengamos. Hace unas semanas mi padre
me decía que no me quejara tanto, que las cosas sí han cambiado (hablábamos de
la década de los 60 y principios de los 70, más o menos), decía que al menos
ahora yo me podía quejar abiertamente. Es posible, eso no me toca ponerlo a
discusión. Sin embargo, hechos y hechos remueven este concepto básico de Libertad.
Mencionaré sólo algunos pocos casos que algo tiene que ver con salud sexual y
reproductiva. Obviando que en algunos lugares de nuestro país la Libertad de
salir a la calle es, hoy en día, discutible.
Hace
poco más de una semana en León, Guanajuato, como espero que hayan leído, un
profesor universitario paseaba con su esposa e hijo (de cuatro años) por el
centro de la ciudad, y en un acto de “locura” se besaron. Una señora que estaba afuera de la
iglesia gritó, según quienes lo narraron, “¡hay niños, hay niños!”. ¿Qué habrá
querido decir, qué habrá pasado por su cabeza? El grito de la dichosa (nótese
el dichosa) señora, atrajo a policías, quienes detuvieron al profesor. Su
esposa nunca supo a dónde lo llevaron; pasó 12 horas detenido, después de que
un juez le dictara sentencia por “faltas a la moral”. El Alcalde de León pidió
disculpas, después del maratón de besos que se organizó como protesta.
En
los Juegos Olímpicos, terminados este domingo,
se vanagloriaba que países de Medio Oriente hubieran permitido por
primera vez que hubiera mujeres representándolos. Se decía una y otra vez que
este año “ya casi” se llegaba a la equidad, porque había un 45%, o algo más, de
mujeres compitiendo. Se dijo incluso la importancia que tenía que Afganistán
tuviera una representante femenina en atletismo; aunque en su país no le
permitían entrenar de la mejor forma y le gritaban que las mujeres afganas no
deben ser deportistas. Se habló sobre que Arabia Saudita, Brunéi y Qatar, por
fin enviaron mujeres (nótese que el Comité Olímpico Internacional amenazó con
no permitirles participar). ¿Alguien notó que vivimos en el 2012 y que los
primeros juegos modernos fueron en Atenas 1896?
El
pasado 1 de diciembre de 2011 el Ministerio de Salud italiano solicitó a las
cadenas públicas de radio que no mencionaran la palabra preservativo, condón u
otro sinónimo al aire, nótese que ese día es el Día Mundial contra el Sida. A
principios de 2012 el Alcalde de Mazatlán prohibía el reparto de condones en el
Carnaval porque iba contra la moral pública. Marzo 2012, Honduras promueve la
prohibición de la pastilla anticonceptiva de emergencia, sería el único país
del mundo en hacerlo. En abril, en Indonesia, se propuso prohibir el uso de
minifaldas por ser pornográficas y provocar a los hombres, resultando en
violaciones. También en marzo, en San Petersburgo, Rusia, se aceptó la
prohibición de cualquier acto público que “promueva” la homosexualidad. En mayo,
un edil sinaloense quería prohibir la minifalda, otra acción contra esta
prenda, para evitar los embarazos no deseados en adolescentes. Esta semana se
ha pedido que se le retire la nacionalidad a la atleta egipcia de los Juegos
Olímpicos por el uniforme que utilizó. También se dio a conocer el acoso que la
atleta de Arabia Saudita sufrió por su participación, como algunos mensajes en
su cuenta de Twitter. Finalmente esta semana en Puebla no se permitió que se
repartieran condones.
¿Ahora,
quién se atreve a definir Libertad?
*Libro
recomendado:
Galeano,
Eduardo (2008) Espejos: una historia casi
universal. Siglo XXI, México.
Realizado
originalmente para Djovenes.org
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